Sobre aquello imperceptible que descubra, me movilice y emocione, dejare testimonios en este libro de a bordo; lo elaboré con la transparencia del cristal, para que pueda ser compartido, y procurar asi el nacimiento del ansiado dialogo....

lunes, marzo 27, 2006

PASION SUBITA

A pedido de mi Amiga Malena, al comentarle que la diosa inspiración me tiene algo abandondado, reedito el presente (en honor a la verdad) que el 27/03/06 muchos de Uds. ya han leído. Gracias Malu por el impulso. Gracias a todos los que me siguen acompañando.
El Navegante

Bebo a diario de tu copa, para saber más de tus labios,
y percibir su rara delicia, con la mentira o verdad del licor,
que me cuenta con su veterano bouquet, el deleite distinto
que le imprimes cuando con ellos, al beberlo, lo acaricias.

Aspiro las fragancias de tu almohada, me acerco a tu aliento
derramando al susurrar, dormida, los sueños que te invaden,
y así, con ese dulce aroma, viertes tus secretos más osados,
sabré entonces, si alguna noche fuiste capaz de no recordarme.

Camino sobre tus huellas, pues me deleitan tus gráciles pasos,
necesito sentir la cadencia de tu felino y acompasado andar,
y conocer el equilibrio que alcanzas al arribar a tu ansiado éxtasis,
elevando virtuosamente tus giros, como una etoile de la pasión.

Te abrazo en mis pensamientos, te poseo entre mis recuerdos,
no permito que quede ni un sólo detalle de tu esencia librado al azar,
pues cuanto más te conozco, más fascinado te descubro, disfrutando
la dicha de ser el mayordomo, que tu odioso marido anteayer contrató.

FERNANDO, EL NAVEGANTE DE MARES, RIOS Y SUEÑOS. . .

miércoles, marzo 22, 2006

EL RELOJ DE ARENA


Avanza silenciosa, la minúscula granulometría,
¿y desde cuándo existirán los restos inertes
fraccionados en millones de partículas brillantes
de milenarios y bellos crustáceos blanquecinos,
que se aprecian radiantes cuando se desliza la arena?.

Avanza, en forma irremediable, siempre avanza,
sin renunciar a ese destino incontenible en cada giro
de las burbujas de vidrio ya opacadas, diosas del tiempo,
que nos empujan, despiadadas, a transitar una inercia irreversible
por que al girar el reloj, curiosamente no se vuelve al tiempo pasado.

Avanzan así, ya los siglos, con injusticias, indefinidamente,
si al menos a alguien se le hubiese ocurrido cómo destruir
esas esferas, hacerlas añicos, y recomenzarlo todo,
las guerras y torturas no se hubieran regenerado hiriendo tanto,
y la madre, al instante de parir, no hubiese interrumpido sin saberlo
su sueño tan dulce allí, en Hiroshima, Treblinka o Sarajevo.

Avanzan luego los años, como átomos desencadenados,
llegan los avatares más disímiles, pasó nuestra niñez;
nos educaban luego para afrontar experiencias, triunfar,
y quién nos comprendía acabadamente en la pubertad,
sí señor, no señor, pues entonces, quién la tiene
la remota, misteriosa, deseada, e inalcanzable felicidad.

Avanzan ahora las horas, estoy agobiado de ser uno más
de los seres remanentes, ante cada giro del reloj de arena;
los genes destilan el dolor de los dinosaurios en su holocausto;
del esclavo y el yugo despiadado;
por Atahualpa, por Sandino,
y por lo inaudito: el hombre, convertido en el lobo del hombre.

Avanzan rápido los minutos, me refugio sólo en una esperanza:
tu regreso, ni bien culmines la jornada, prometido así, divinamente
con tus ojos, cuya mansedumbre me escinden del paso del tiempo;
preparé con tanto esmero y delicadeza la mesa para dos, las velas,
el vino de tu agrado para dejar atrás el cansancio y tus deseos de volar,
y el reloj no cesa de
avanzar, y tú, mi alma, que nunca has llegado.

FERNANDO, EL NAVEGANTE DE MARES, RIOS Y SUEÑOS.....

jueves, marzo 16, 2006

UN DESTINO FRAGIL, COMO EL CRISTAL

Al marchitarse tu ilusión de enamorada
sentí cómo un sándalo perdía su fragancia,
confío entonces en tu virtud inveterada
para que logres abdicar a esa arrogancia.

Te percibo en el ocaso, soslayando nuestro encuentro
a pesar que me subyugas, no lo puedes aceptar,
soy fuego en tu hielo, y se evanesce el vano intento
que a pesar de tu perfidia aún te quiera cobijar.

¿Qué ignotas conjuras invadieron tus sentidos?
me siento abatido por tu actitud indominable,
al extremo que rechazas lo que ya hemos vivido,
la felicidad de lograr alcanzar lo inalcanzable.

Muñeca de cristal, en soledad podrías quebrarte, toda,
¿cómo lograré entonces reconstruir lo irreparable?
reacciona mi amor, aún no ha llegado la hora
de tener que morir por una actitud inexplicable.

No habrá suplencias, como pretendes endilgarme,
ni existiría otro ser para iluminar este vacío,
nunca me resignaré a perder lo que aún es mío,
eternízame en cristal también, para poder alcanzarte.

FERNANDO, EL NAVEGANTE DE MARES, RIOS Y SUEÑOS...

sábado, marzo 11, 2006

EL NACIMIENTO DE UNA FLOR RUBI


El rocío se adhiere a la hierba como un molusco,
mas no se desvanece mi inmersión improvisada,
recorro mis propias huellas dentro tuyo
percibo que a pesar de los años, las sientes vivas.

La tibieza de lo cóncavo y lo convexo, se asemeja
a la que surgía de los leños, nuestra primera vez,
cuando el valle de tu lengua sembrado con mis besos
permitió que tu pimpollo se trasformara para siempre.

Tomada fuerte de mis manos, te encantaba dejarte llevar,
suave y lentamente recorrimos nuestros vértices y aristas,
y entonces descubrí las tres dimensiones de tu superficie
tapizada con ese suave bello rubio, que se iba erizando.

Luego de tantas desilusiones, también te sentí mi primera vez,
y como premio a mis abrazos, ante cada gesto de dolor,
depositaste tu humedad color rubí hasta en mi alma,
y nunca destiñó, aún conservo el honroso emblema.

Hoy sobre la hierba, surgió nuestro reverdecer inesperado,
tú no la deseabas, yo no la presentía, pero la entrega fue total,
mas ahora nuestra libertad de otrora, ya no nos pertenece,
y surgió un sabor de angustia en nuestro beso de despedida.

¿Pero cómo si no a través de un encuentro casual
hubiésemos podido hacer renacer ese instante del pasado?,
pues al cegarme el esplendor de su rostro iluminado, la abracé
como a un sol, reviviendo el nacimiento de aquélla flor rubí.

FERNANDO, EL NAVEGANTE DE MARES, RIOS Y SUEÑOS.....

LA VOZ QUE NUNCA CALLA

Esta reedición de un ensayo de poesía libre, estuvo dedicada a todos mis queridos amigos que con tanto talento incursioanan en este género, con el afán de alguna vez aproximarme a tamaña capcidad. Y en especial a una persona que con toda humildad me alentó para que lo intentara, como ella realiza
sus magistrales obras, según me dijo, plena de modestia, dejándose llevar por la inspiración, sin otra técnica literaria.
POR UN ERROR IMPERDONABLE, AL HACER UNA PRUEBA DE LA PROXIMA EDICION, EN UN BLOG OCULTO PARA TALES FINES QUE TENGO DENTRO DE ESTE MISMO, LO HE BORRADO, POR ESO LES PIDO QUE NO ES PRECISO QUE DEJEN NINGUN OTRO COMENTARIO, NO LOS HE PERDIDO, PUES A TODOS Y CADA UNO DE ELLOS LOS LLEVO EN MI CORAZON.
LES PIDO DE RODILLAS MIL PERDONES, Y NUEVAMENTE EN HONOR A QUIENES ME ESTIMULAN CON SUS OBRAS PARA AVANZAR EN LA FAENA, LO EDITO NUEVAMENTE.

Se derrama tu voz, como agua cristalina pergeñada en tus labios para invadir mis sentidos.
Todos.
Así como percibo la polifonía de tus tonos, siento la frescura de tus palabras transparentes, puedo disfrutar el aroma de tu dulce aliento, surgiendo luego el sabor de tus besos, trasladados por gnomos que me acarician.
La humedad de la onda sonora que llevan hasta tus silencios cuando me hablas, me incita a inundar mis raíces en tus lugares más cálidos, donde emerge la tibieza de tu gruta sagrada de las mil y una noches.
Nunca ceses de permitir que te oiga, aún durante mis prolongados sueños, ya que sin esa energía que me transmites como un cántaro viviente y rebosante, mi universo quedaría inmerso en viejos engranajes que ni siquiera encajarían entre sí.
Es que de no te proseguir escuchándote, mi devenir se paralizaría por el silencio vacuo de los murmullos cotidianos, o las vociferantes e irritantes órdenes de los magnánimos déspotas de turno, cuando dan la orden de matar a mis congéneres.
Qué diáfanas son las melodías que me transmites con tus expresiones, cada matiz de ellas me invita al éxtasis, cuando siento mi sangre como savia viva y ardiente que corre en mi interior con deseos de inundarte íntegra e instintivamente, como un acto reflejo.
Es lo que siento por ti durante siglos ya, y lo que durante siglos tú me vienes transmitiendo con tu aterciopelada voz, a la cual convoca tu inmanente imagen.
La misma que aún recuerdo como una joven, colorida y pequeña roca, que con el tiempo ha ido madurando, como si el granito fuese vegetal, pero adoptando forma de mujer, que por casual capricho de un artista, te ha cincelado permitiendo que el viento pueda trasvasarte en varios rincones de ese esbelto cuerpo, lentamente, para permitir así que yo pueda escucharte, fascinado por toda la eternidad.
Tal vez nada más que para eso te han esculpido justamente allí, frente a mí, ya un viejo pero aún frondoso árbol, que no ha tenido mejor idea luego de oír tu voz por primera vez, que enamorarse de la Diosa del bosque de Bomarzo.

FERNANDO, EL NAVEGANTE DE MARES, RIOS Y SUEÑOS.....


viernes, marzo 03, 2006

EL INSTANTE SAGRADO

El Beso (Rodin)
A mis queridos amigos que me vienen acompañando en este viaje que está a punto de concluir, y a los que se puedan sumar ahora con su visita siempre grata para mí; ya que mi inspiración personal no ha podido resurgir como hubiese deseado en estos instantes, les dejo para su deleite (esperando que así lo sea) una de las obras máximas y más sublimes de quien fuera un prestigioso escritor y poeta argentino.
Como suelo decir, para que lo descubran los que aún no lo conocían, y para que lo vuelvan a disfrutar los que ya lo han leído.
Un cordial abrazo de vuestro amigo:
Fernando, el Navegante de mares, ríos y sueños.

TOCO TU BOCA

Toco tu boca, con un dedo voy tocando el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca, y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un sólo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Julio Cortázar, “RAYUELA “ Capítulo 7.