LA AGENCIA DE SOLOS Y SOLAS

En su prestigiosa oficina, SOLOS Y SOLAS versaba un cartel,
mi destino cambiaría tal vez, si mi suerte no declinaba,
cordialidad infrecuente, fue su sello distintivo,
cuando al quitarme el abrigo, se hizo cargo de él.

Me concentré en tantas fotos de mujeres tentadoras,
las bonitas y agraciadas por la diosa naturaleza,
y algunas, descaradas, bajo sus remeras no lucían sostén;
luego llegaría esa pecosa, la petisa, una gordita,
con ojos tan rutilantes, destilaban ilusión,
y a la primera cita sus almas, seguro que se impondrían,
antes que la cirugía,luciendo como la anti pasión.

Desconcertado ante tantas féminas, mis gustos se entrelazaban,
por qué observar a esa joven con gestos de no saber ?,
si la MUJER que precedía su folio, ostentaba su hidalguía,
tan sólo por la entereza de lucir su madurez.

Levanté mi vista obnubilado, con dudas existenciales,
y de pronto, impensadamente, una ignota ilusión surgió,
posé mi mirada en sus ojos, descubrí una expresión diferente,
y su piel comenzó a erizarse, cuando mi mano arribó;
ya nada más me importó, ni books, ni guías, ni combos,
cómo no advertí antes, que era ella a quien yo buscaba,
rompió el contrato en mi cara, y en beso se transformó.

FERNANDO. EL NAVEGANTE DE MARES, RIOS Y SUEÑOS. . .